¿Qué es el vino en lata? Así es la nueva tendencia en vinos
Ya sabíamos que en el mundo de la enología hay muchos tipos de vinos y que las tendencias y preferencias van variando. Desde los vinos dulces hasta el vino rancio pasando por los vinos crianza y reserva… Hay vinos para todos los gustos.
La última tendencia que ha llegado con fuerza al mundo enológico y que parece que va a quedarse es el vino en lata.
¿Qué es el vino en lata?
El vino en lata es una tendencia que empezó a surgir alrededor de 2019 y que ya pisa fuerte en las bodegas internacionales, si bien en España y Europa (un mercado más tradicional) se está resistiendo
Consiste, simple y llanamente, en sustituir la clásica botella de vino de cristal por una práctica lata de aluminio de 33 centilitros.
El vino en lata surge como respuesta a la necesidad de toda una generación por simplificar y hacer más accesible el disfrute de esta bebida, pero también a la necesidad de las bodegas de cubrir un mercado joven al que no estaban llegando y que prefería los refrescos azucarados y las bebidas energéticas.
¿Por qué beber vino en lata?
Optar por adquirir el vino en lata en lugar de una botella tradicional responde a una amplia variedad de factores y nuevas necesidades.
Por muy tradicional que sea el sector del vino, es necesario seguir innovando e identificando los nuevos mercados para poder seguir creciendo y produciendo vino con éxito.
Entre otros motivos, ofrecer el vino en lata responde a los cambios en el estilo de vida de los jóvenes. Actualmente, las botellas de vino de cristal, con su tapa que hay que descorchar y sus copas que hay transportar y cuidar y limpiar y reciclar, no son nada prácticas para una generación que aún tiene que compartir pisos, que acude a una gran variedad de eventos al aire libre y que siente una mayor preocupación por el medio ambiente.
Además, el hecho de ofrecer el vino, tradicionalmente asociado a la botella de cristal, en una lata individual, convierte un producto que es, en esencia, lo mismo, en algo completamente nuevo. Por lo tanto, desde el punto de vista de marketing también es una buena estrategia para llegar a esos jóvenes y nuevos mercados.
Estas son algunas de las principales ventajas de vender el vino en lata:
- Se trata de un mercado en crecimiento. Según los datos hasta ahora, el vino en lata podría llegar a consumirse en las mismas cantidades y frecuencias que la cerveza en lata.
- El sistema de cierre de una lata es mucho más sencillo de abrir que el corcho tradicional y no requiere accesorios.
- Al tener un tamaño más reducido, el vino en lata se puede llevar fácilmente a cualquier parte, como por ejemplo picnics al aire libre.
- El formato del vino en lata también es óptimo para llevar a conciertos y otros eventos en los que se no se puede llevar bebidas en botellas de cristal.
- Una lata de 33 cl es más barata que una botella de 75 cl y su formato individual lo convierte en más atractivo para personas solteras o que viven solas.
- Su almacenamiento es más sencillo y práctico que el de las botellas de cristal.
- La lata de aluminio se recicla más fácilmente que la botella de cristal.
¿Afecta el envase al sabor del vino?
No todo son ventajas en el vino en lata. El cambio de envasado supone una gran inversión para las bodegas tradicionales que quieran empezar a distribuir vino en lata de aluminio, puesto que tienen que cambiar infraestructuras de envasado, etc.
Pero es la alteración del sabor lo que más preocupa a los expertos. Aseguran que, sin la microoxigenación del corcho, el vino se puede ver reducido y sus propiedades alteradas.
No obstante, las empresas que se han embarcado en la comercialización del vino en lata ya han pensado en eso y fabrican sus latas con una protección interna que evita que el sabor metálico pase a la bebida. También hay que tener en cuenta que la lata, al ser un envase hermético y opaco, protege el contenido de la luz y mantiene la temperatura mucho mejor.
Además, no se pretende distribuir vino de altas gamas en este formato, sino que es más apropiado para vinos tintos jóvenes, blancos o rosados. La idea es democratizar el consumo de vino, que actualmente se percibe como algo para públicos más adultos y pudientes, y acercarlo a las generaciones más jóvenes.
La distribución del vino en lata también supone la oportunidad de experimentar nuevas formas de elaboración y reducir su actual contenido de alcohol para un consumo menos esporádico.
En definitiva, podemos concluir que el consumo de vino en lata va a seguir creciendo, al menos en el mercado extranjero. Al ser España una de las mayores productoras del mundo, con un buen número de Denominaciones de Origen del vino y una ideología muy tradicional, es posible que este cambio tarde en llegar.
En cualquier caso, todos aquellos amantes del vino que disfrutan de catar un vino paso a paso, de forma tradicional, descorchándolo, admirando los colores del vino tinto, aspirando los aromas y haciendo un buen maridaje de queso y vino para completar la velada, no tienen de qué preocuparse: la tradición del vino no se va a ninguna parte y sus cestas de navidad seguirán llevando botellas de vino clásicas.