Vinos especiales: cuáles son y sus características
Como ya sabe, los tipos de vinos que existen en el mercado a día de hoy, son muchos, y los hay para todos los gustos y paladares, desde los más exquisitos a los menos refinados. No obstante, hay alguna clase de vino que todavía escapa del conocimiento de muchas personas, como es el caso de los vinos especiales.
¿Qué son los vinos especiales? ¿Se llaman así porque tienen algún reconocimiento que no tienen otros? Nada más lejos de la realidad, los vinos especiales surgen tras un proceso de tratamiento algo diferente a otros tipos, lo que les da características concretas. ¡Vamos por partes!
¿Cuáles son los vinos especiales?
Los vinos especiales son los que pueden proceder de uva, mosto o vino que han sido tratados durante o después de su elaboración. Las características del vino y las propiedades finales van a depender, no solo de los tipos de uvas utilizados en su proceso de creación, si no también en las técnicas.
Gracias a estas elaboraciones, surgen unos vinos con características muy concretas, lo que los hace especiales frente al resto, como su propio nombre indican. No hablamos, por supuesto, de un único tipo de vino, si no que existe una amplia diferenciación de los vinos especiales.
Tipos de vinos especiales y elaboración
En función del tipo de uva o del proceso de elaboración del vino, surgirá un tipo de vino especial u otro. A continuación, repasamos cuáles son los vinos especiales más habituales y consumidos.
- Vinos fortificados. ¿Fortificado? ¿Cómo si se tratara de una edificación de la Edad Media? ¡Para nada! Los vinos fortificados son aquellos vinos a los que se les ha añadido alcohol durante el proceso de destilación. El contenido de alcohol de estos vinos está por encima de lo habitual, por lo que es habitual encontrar vinos con un contenido de alcohol entre el 16% y el 20%. Uno de los vinos fortificados más conocidos, es el vino de Oporto.
- Vinos dulces. Los vinos dulces surgen cuando la cantidad de azúcar en el vino es superior a 45 gramos por litro. Sin embargo, este azúcar en vino es añadido durante la fermentación del mosto para detener el proceso y crear un líquido especial y con características únicas. La Mistela o el Moscatel, el vino de Oporto, o los vinos Pedro Ximénez se consideran vinos dulces.
- Vinos generosos. Los vinos generosos son los que una graduación alcohólica concreta surgida a raíz de tratar vinos jóvenes muy ligeros. Suelen tener entre 15ºC y 23ºC de alcohol y pueden ser finos, olorosos o amontillados en función de estos grados de alcohol.
- Vinos licorosos. Si antes hemos mencionado los vinos dulces, caracterizados por tener un nivel alto de azúcar, los vinos licorosos siguen el mismo camino. Para que surja un vino licoroso, la concentración de azúcar aumenta, y debe ser de al menos 100 gramos de azúcar por litro de vino. Esto hace que también aumente su graduación alcohólica por encima del 13%.
- Vinos enverados. Más allá de la producción o del tipo de uva, en este caso, este tipo de vino especial surge gracias a las condiciones climáticas de la zona. ¿Le suena el Chacolí? Es un tipo de vino enverado cuya uva no ha madurado completamente en la vid, y ha aportado ciertas características al vino, como un bajo contenido alcohólico y un alto nivel de acidez.
- Vinos tardíos. Por el contrario, su la uva está demasiado madura, el resultado de su tratamiento son los llamados vinos tardíos. Volvemos a mencionar el nivel de azúcar elevado como característica principal de estos vinos, que suelen ser aromáticos y algo ácidos, ya que el proceso de fermentación se corta de manera natural.
- Vinos de hielo. ¿Cómo? No, no, no hablamos de vinos que beben en Juego de Tronos más allá de El Muro. ¡Para nada! Los llamados vinos de hielo, o en inglés ice wines, surgen de uvas que se producen en climas muy fríos y como consecuencia se congelan de manera natural antes de la vendimia. El resultado son unas uvas muy dulces, y el vino producido es bastante aromático y fresco.
- Vinos espumosos. Como ya sabe, el cava o champagne es una variedad de vino espumoso y surgen tras someter al vino al conocido como método champenoise, con una fermentación en dos partes. El resultado es un vino con alto nivel de gas carbónico en el resultado final y bastante dulce.
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